Add parallel Print Page Options

30 Cuando Jehová haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te establezca como príncipe sobre Israel, 31 entonces, señor mío, no tendrás motivo de pena ni remordimientos por haber derramado sangre sin causa, o por haberte vengado con tu propia mano. Guárdese, pues, mi señor, y cuando Jehová haya favorecido a mi señor, acuérdate de tu sierva.

32 Entonces David dijo a Abigail:

—Bendito sea Jehová, Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontraras.

Read full chapter